Escribo estas palabras, en la víspera de la conmemoración del Día de Veterano y de los Caídos en la Guerra de Malvinas.
Reparará el lector que a pesar de encontrarnos en un contexto académico y por ende es lógico pensar que el artículo discurrirá sobre un análisis histórico jurídico, entre los cuales podríamos invocar los justos títulos por los cuales la República Argentina reclama la soberanía sobre las Islas Gran Malvina, Soledad, Georgias, del Sur, Sandwich del Sur y Orcadas del Sur, en base a entre otros el uti posidettis iuris, que se generó tras la caída del Imperio Colonial Español en América y por ende sus divisiones Administrativas –el Virreinato del Rio de la Plata.
O podríamos hablar de las tan renombradas Res.1514/60 y 2065/65 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, que versan sobre el impulso al proceso de descolonización y sobre tema de encontrar una solución al tema de las Islas Malvinas, respectivamente.
En realidad este humilde opúsculo tiene por finalidad rendir tributo a aquellos que entregaron su vida, su salud, inocencia y juventud (en el sentido fijado por la OMS “estado completo de bienestar físico y social que tiene una persona”) en una empresa caracterizada por la falta de sentido de coherencia, mesura y sobre todo razonabilidad.
En efecto, el día a recordar es el Veterano y de los Caídos en la Guerra de Malvinas tal como lo prevé la ley 25.370 y no la otrora ley 22.769 que establecía el Dia De Las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich Del Sur". Este cambio de visión no es casual, minúsculo. El cambio de paradigma se concentra en el aspecto humano. Ciertamente y sobre ello quiero ahondar, es en el acto de enaltecer a aquellos héroes anónimos que quedaron eternamente en esa geografía septentrional y aquellos que a pesar de volver físicamente, en realidad nunca regresaron y acompañaron a sus compañeros en ese sueño eterno austral.
Quiero honrar a aquellos que volvieron y tuvieron que batallar en otro teatro de operaciones. Este campo no era aquel gélido escenario isleño, donde enfrentaban a una fuerza armada totalmente pertrechada y entrenada y que aun con el ingenio y astucia que destaca al argentino en el mundo entero pudieron resistir.
Este escenario, los encontraba con un Estado que había exigido primero su sacrificio de cuerpo y alma en forma incondicionada y que tras Guerra los negaba y escondía como su mayor vergüenza.
Irónicamente esta batalla, si se quiere la analogía, ha llevado más tiempo que la Guerra en sí misma, que va desde el reconocimiento en forma personal, pero también de sus secuelas de salud y asistencia que el Estado debe proporcionar a sus veteranos. Aun así, sigue muy lejos el merecido reconocimiento por sus entregas.
Se preguntará el lector avezado, por qué se llegó a esta guerra, más si en tiempo medio anterior hubo acercamientos para el reconocimiento de la soberanía, o por lo menos entendimientos sobre el mismo. Las razones ciertamente son muchas, ninguna de ellas justificables, porque la Guerra en sí carece de justificación.
Sin embargo, merece destacarse lo siguiente y tiene que ser una enseñanza para el soberano (que es el pueblo): Jamás se debe confundir y explotar el sentimiento de patriotismo de la población con el apoyo a un gobierno, más todavía si el mismo detenta una ilegalidad e ilegitimidad de origen.
Dicho esto, no se debe condenar al ostracismo y a la infamia, a aquellos que ante el llamado de la Patria, dieron su vida por defenderla, y sobre todo pretender confundirlos con aquellos que en por su irracionalidad y en aras de satisfacer sus planes privados, condenaron a toda una generación y a un país.
Debemos como sociedad, reconocerlos, enaltecerlos, recordarlos y aprender la moraleja que deja: la Guerra NUNCA fue, ni es, ni será la solución a los problemas políticos, económicos, sociales y diplomáticos de un grupo humano.
Pedro Javier Urquizu
Jefe de Trabajo Prácticos Cátedra “Derecho Privado I”-Fac. de Derecho-UNCuyo; Jefe de Trabajo Prácticos “Aspectos Legales de la Profesión”, Cátedras “Bases del Cuidar Enfermero II, “Enfermeria del Adulto” y “Deontologia”, Esc. De Enfermería,Fac. de Ciencias Médicas - UNCuyo.