Para poder explicar la ética no podemos dejar de lado a la moral, siendo la primera la que se
ocupa de los principios que rigen la conducta de cualquier individuo, sea animal humano o
animal no humano; la segunda explica las reglas morales, la cuales son fundamentadas,
racionales, teóricas y científicas.
Se requiere de ambas para entender, conocer y sobre todo reflexionar sobre los fines que se
persiguen y que marcan la forma de conducirse en la cotidianidad. Dado que estos fines no
son generales ni comunes a cada uno de los que formamos la sociedad, es que debemos llegar
a un consenso político, social y jurídico. Se requiere una legislación acorde y justa para lograr
una teoría ética, cosa que no ocurre siempre en la sociedad actual, y lo vemos cuando es la
misma ley que provoca desigualdades y hasta podemos hablar de lo que ética consideraría
injusto.
En la filosofía del derecho encontramos posiciones tanto iuspositivistas -haciendo foco en el
ordenamiento construido por el humano-, como iusnaturalistas –los que sostienen que los
derechos son naturales.
Otro punto importante que atiende la filosofía del derecho es el axiológico, el valor de esos
fines que se persiguen, y es aquí donde surge la pregunta, ¿lo valioso es lo correcto? Cuya
respuesta no es unánime, sino que podría variar tantas veces como formuláramos la pregunta,
porque es sabido que cada individuo tiene distintos valores y diferentes maneras de valorar
las experiencias vividas.
Es momento de hablar de la sintiencia, que es la capacidad de cualquier ser vivo, humanos y
no humanos, de sentir dolor, emociones, alegrías, tristezas, malestares y bienestar, entre otras
más. También permite percibir subjetivamente sus experiencias y entorno. Nadie hoy puede
poner en dudas que los animales no humanos, poseen sintiencia, primero porque así lo dice la
ciencia, sus expresiones de dolor por ejemplo no hace falta comprobarla, sino que basta con
verlos y entender sus formas de demostrarlo; tampoco se podría dejar de entender cuando
están felices, por ejemplo, cuando cada individuo hembra de diferentes especies amamanta a
su cría, o como recibe un perro a su compañero con quien vive. Se podrían representar
numerosos casos de muestras de tristezas ante el abandono, o perdida de quienes ellos
consideraban su mejor amigo humano y no humano.
Haciendo un resumen de ética, moral, y sintiencia, resulta plausible, considerar a los otros
animales, dignos de ser considerados al igual que nosotros, sujetos moralmente con derechos.
Nuestro Código Civil y Comercial, al igual que otras legislaciones, consideran legalmente a
los ANH (animales no humanos), como cosas, con carencia jurídica y de sus derechos más
importantes, como a la vida, que esta sea digna, a la libertad y un cuidado adecuado a su edad
y especie, pero por otro lado la ley penal 14346, “Malos tratos y crueldad animal” en su
articulado los considera “victima” ARTÍCULO 1. Será reprimido con prisión de quince días
a un año, el que infligiere malos tratos o hiciere víctima de actos de crueldad a los
animales. Podemos afirmar que el Foro Penal es avanzado en el tema.
Socioeconómicamente son seres utilizados en beneficio de los humanos como recursos,
limitando absolutamente los propios intereses de lo ANH.
Tomando toda esta información concluimos que moralmente, los ANH no son reconocidos
como deberían ser, “seres sintientes con derechos reconocidos y respetados por todos”,
esto se debe al antropocentrismo (ante un conflicto de un interés humano y un interés de otro
animal, se da prioridad a la del primero), y especismo (es discriminar a quienes no pertenecen
a una determinada especie).
En conclusión, podemos afirmar que es la Ética quien nos indica como nos tenemos que
conducir y como debemos actuar ante los otros animales. Replantearnos como tratamos a los
ANH, cuanto abusamos de ellos, los beneficios que obtenemos con su explotación, el no
reconocerlos como verdaderos sujetos de derecho, es una deuda pendiente que tenemos los
animales humanos moral y éticamente.
Abog. Miriam Ferreyra es egresada de la Facultad de Derecho de la UNCUYO. Especialista y disertante en varias oportunidades sobre el Derecho Animal en diferentes provincias. Coordinadora de talleres sobre la temática en la Facultad de Derecho.