¿DE DÓNDE PARTIMOS? OBSERVACIÓN Y DIAGNÓSTICO
La cátedra Historia de las Instituciones Argentinas turno mañana es una materia promocional que se dicta en el segundo cuatrimestre del primer año de la carrera de Abogacía de la Universidad Nacional de Cuyo. Una característica significativa es la cantidad de alumnos que cada año aumenta hasta llegar a un número aproximado de 450 inscriptos.
Nuestros cursantes presentan dos particularidades: en primer lugar se trata de alumnos que atraviesan una etapa bisagra entre la escuela media y el inicio de su vida académica y profesional. En segundo lugar, pertenecen a lo que hoy se denomina los “chicos Millennials”, es decir, jóvenes que han incorporado en “forma natural” los nuevos lenguajes tecnológicos. Frente a este panorama pensamos instrumentar el uso de nuevas herramientas tecnológicas con el fin de atender las diversas problemáticas que se nos presentan cotidianamente y optimizar el trabajo interno de la cátedra y aproximarnos al mundo que vivimos. Contamos para ello con el apoyo de la profesora titular, Dra. Beatriz Bragoni, y de la profesora adjunta, Mag. María Celina Fares.
Partimos de la necesidad de simplificar sin vulgarizar los contenidos y suprimir lo que no era significativo. Es decir, encontrar todo aquello que permitiera al alumno reconstruir, crear y ser partícipe de su propio conocimiento, con el uso responsable de las TICS. Cuando emprendimos este desafío, nos preguntamos de qué manera debíamos imaginar otros modos de enseñar y cómo encarar nuevas estrategias para apuntar a desarrollar capacidades e incorporar modelos de aprendizaje adecuados a los nuevos paradigmas del mundo contemporáneo.
MANOS A LA OBRA..... LA PUESTA EN MARCHA DEL AULA VIRTUAL
La Facultad de Derecho nos ofrece la plataforma virtual interactiva Moodle 2.8, que se emplea como complemento o apoyo a la tarea docente. A partir de allí, el primer semestre, comenzamos a trabajar en el nuevo diseño del aula virtual. El punto de partida fue las propias dificultades o ausencias que los alumnos manifestaban en las clases de consultas, de tutorías e incluso en los exámenes, en relación a la comprensión de conceptos y procesos históricos fundamentales de la disciplina.
Nos planteamos la necesidad de construir un espacio en el que el alumno tuviera material y recursos de apoyatura para acompañar su proceso de aprendizaje. Si bien, desde hace algunos años, la cátedra utilizaba la plataforma virtual, ella constituía una herramienta estática. Por ello, el primer desafío fue potenciar el uso del aula virtual y convertirla en una herramienta de estudio interactiva. Esto favoreció dos aspectos: uno, permitió a los alumnos organizar y autoevaluar su proceso de aprendizaje y otro, facilitó al equipo docente el seguimiento de los alumnos.
La plataforma fue organizada en bloques. Cada uno, destinado a presentar información general de la materia: programa, instructivo, cronograma de actividades, asignación de alumnos monitores y comisiones de trabajos prácticos. El segundo apartado está conformado por nueve ítems, uno por cada unidad, en los cuales los alumnos podían encontrar material de estudio tales como fuentes históricas para analizar, líneas del tiempo, videos, audios y entrevistas a especialistas sobre determinados procesos históricos. Dentro de cada unidad se propusieron actividades virtuales optativas con el fin de reforzar temas centrales de cada eje. También, colgamos un Glosario, elaborado por el equipo de cátedra, cuyo propósito fue acercar a los alumnos, explicaciones de conceptos fundamentales que no entendían y/o que la bibliografía no trata en profundidad para interpretar los procesos históricos. Finalmente, incluimos una serie de artículos periodísticos de abordaje histórico, tópicos de la agenda política, socio-económica y cultural de la actualidad para motivar y orientar a los alumnos en la lectura y análisis crítico de temas de divulgación e interés.
¿EN QUÉ CONSISTIERON LAS ACTIVIDADES VIRTUALES OPTATIVAS DE CADA UNIDAD DEL PROGRAMA?
Semanalmente, cada estudiante podía resolver un cuestionario cerrado (verdadero/falso, múltiple opción, doble entrada) en un tiempo máximo de 15 minutos y en un solo intento. Una vez finalizada la actividad, el sistema permitió la autoevaluación de proceso de aprendizaje: cada alumno podía constatar en forma inmediata el puntaje obtenido; y luego de concluido el período asignado en cada propuesta (aproximadamente una semana) corroboraban los aciertos y rectificaban los errores para mejorar su proceso de aprendizaje.
¿QUÉ BENEFICIO OBTENÍA EL ALUMNO CON LA RESOLUCIÓN DE LOS CUESTIONARIOS?
Con el propósito de alentar a nuestros estudiantes para alcanzar la acreditación de la materia, decidimos que por la resolución correcta de cada actividad podía obtener un puntaje, computable o ponderable en el tercer parcial integrador. Este abordaje nos permitió innovar evaluaciones a través de la plataforma. La experiencia de trabajo en el aula virtual y el alto porcentaje de participación de los alumnos (entre el 65% y 85%) nos facilitaron contar con datos útiles. En consecuencia, estas prácticas previas constituyeron un recurso metodológico que se ajustaron a las demandas y características de la población estudiantil.
¿CÓMO FUE LA APLICACIÓN?
Previmos dos instancias de parciales virtuales y una tercera presencial, lo cual implicó una experiencia inédita en la Universidad Nacional de Cuyo en ciclos presenciales de grado. En cada uno de los parciales contemplamos actividades cerradas y abiertas. Con respecto a las primeras, (múltiple opción, relación compleja, verdadero/falso, doble opción, de completamiento) la configuración se hizo en forma aleatoria. Es decir, las consignas y opciones de respuesta fueron distribuidas automáticamente al azar para cada alumno.
Las actividades abiertas las direccionamos hacia la producción de un texto para relacionar procesos históricos y establecer precisiones conceptuales afianzadas a través de la bibliografía obligatoria, las clases teóricas - prácticas y los recursos del el aula virtual. La evaluación virtual fue parte del proceso de aprendizaje, entendida como instrumento de mediación del docente ya que es él quien debe planificar en función de las decisiones pedagógicas. La misma, fue pensada en aprendizajes previos y ensayada en las modalidades virtuales y en las instancias presenciales. Es decir, buscamos el camino para encontrar el equilibrio entre la coherencia de lo enseñado para luego ser evaluado.
Por otro lado, el examen nos permitió contar con datos analíticos, sobre el desempeño de los estudiantes, ya que detectamos los problemas de aprendizaje, conocimos la efectividad o las dificultades en la incorporación de conocimientos en cada unidad del programa, descubrimos tendencias y patrones de comportamiento de los alumnos que influyeron para mejorar y proyectar las futuras clases. Finalmente, la tercera instancia de parcialización se realizó de forma presencial. En ella los alumnos debieron rendir contenidos nuevos más la integración de las demás unidades del programa examinadas con anterioridad.
¿QUÉ RESULTADOS HEMOS OBTENIDO?
Los resultados generales fueron óptimos: el 45,1% alcanzó la promoción de la materia; el 41,2% obtuvo la condición de regular y el 13,7% de los alumnos restantes quedó como no regular. Estas cifras resultan alentadoras, tomando como punto de comparación los últimos tres años. En términos generales, el porcentaje de alumnos promocionados se mantuvo; mejoró notablemente la cantidad de estudiantes que alcanzaron la condición de regulares (casi un 20%); y disminuyó la cantidad de alumnos no regulares, cifras que, años anteriores, oscilaban entre el 20% y el 25%. Estos resultados nos motivan a proyectar y planificar nuevas estrategias en los entornos virtuales a fin de continuar guiando a los estudiantes en su primera experiencia de la vida académica. En síntesis, la combinación de estrategias de evaluación permitió, por un lado, la corrección automática de un porcentaje del examen, lo cual agilizó la tarea del equipo docente, dado el elevado número de alumnos. Por otro, la corrección cualitativa de las consignas abiertas o de desarrollo realizada por los docentes, en forma manual, nos ayudó a brindarles a los estudiantes una devolución/retroalimentación detallada con el propósito de orientar y alentar su estudio.
A partir de estas experiencias, logramos atender a uno de los problemas que atraviesa la universidad: la retención de los estudiantes en el sistema universitario y el fracaso académico.
Prof. Titular Dra. Beatriz Bragoni
Prof. Adjunta Mg. Celina Fares
Jefe de Trabajos Practicos Mg. Alejandra Masi
Prof. Ayudante Lic. Eliana Fucili
Prof. Adscripto Abog. David Terranova