El programa surge tras evaluar la disponibilidad de espacios, días y horarios, de modo de no superponerse con las demás asignaturas que integran el plan de estudios.
La propuesta tiene un doble propósito: por un lado, complementar, ampliar y profundizar los contenidos dictados en el primer semestre; y, por otro, ofrecer una oportunidad a los estudiantes que no lograron regularizar la materia en el cursado regular.
En este último caso, los alumnos podrán acceder a la regularización cumpliendo con requisitos mínimos, tales como la asistencia a las clases adicionales y la presentación de un trabajo evaluado y aprobado.
Desde la cátedra destacan que se trata de una iniciativa pensada para acompañar el aprendizaje de los contenidos fundamentales del Derecho Romano, disciplina clave en la formación jurídica, y reforzar así el compromiso de la Facultad con la excelencia académica y el apoyo a sus estudiantes.